LA NOTICIA DIGITAL, SANTO DOMINGO OESTE.- A casi cinco años del colapso parcial de la calle Santa Clara, en el sector Manoguayabo, Santo Domingo Oeste, residentes siguen esperando respuesta del Gobierno dominicano. La importante vía, en condiciones deplorables, representa una amenaza constante para decenas de familias que se sienten completamente abandonadas por las autoridades.
Entre la impotencia y el temor, los comunitarios denuncian que, desde 2020, cuando una parte importante de la calle colapsó, el Estado apenas realizó un levantamiento técnico, sin que hasta la fecha se haya hecho ninguna obra de reparación.
Mientras tanto, en Santa Clara, la calle sigue rota… y con ella, también la confianza de una comunidad cansada de esperar.
“La situación es insostenible. Esta calle está destruida, sin agua, sin servicios básicos. Aquí nos sentimos olvidados, como si no fuéramos parte de este país”, expresó con indignación Meregilda Santana, residente del sector.
Los moradores responsabilizan directamente al Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) y al Gobierno central por la falta de acción. Aseguran que han enviado múltiples solicitudes, cartas y llamados públicos sin recibir respuesta.
“Estamos cansados de promesas vacías. Aquí solo vienen en campaña a buscar votos, pero cuando el pueblo grita por ayuda, nadie responde”, denunció Erasmo Reyes, quien vive en la zona desde 2001 y fue testigo del colapso ocurrido hace cinco años.
Además del abandono institucional, los vecinos enfrentan un peligro real cada vez que llueve. En temporada ciclónica, la calle se convierte en un punto de alto riesgo. Las casas se inundan, el acceso se bloquea y los niños corren peligro al transitar por una vía que puede ceder en cualquier momento.
La comunidad exige una respuesta inmediata y acciones concretas. Ya no basta con visitas técnicas o promesas: reclaman una intervención urgente que garantice su seguridad y dignidad como ciudadanos.
Este caso refleja una rea que afecta a muchos barrios del país: comunidades enteras marginadas por un Estado que responde con lentitud a los problemas estructurales, profundizando la desigualdad y el desencanto social.