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LA NOTICIA DIGITAL, INTERNACIONAL.- Un ex soldado que se ganó el apodo de ‘Popeye’ después de inyectarse gelatina en los brazos para crear bíceps abultados, tuvo que someterse a una cirugía para salvarle la vida.
A Kirill Tereshin, de 23 años, se le advirtió que podría morir o necesitar que le amputen los dos brazos debido a los bíceps articulares que había creado.
Los cirujanos de la Primera Universidad Estatal de Medicina de Moscú en la capital rusa dijeron que habían eliminado 3 libras de músculo muerto y tres litros de vaselina que se había formado en un bulto sólido.
El cirujano principal Dmitry Melnikov dijo que su equipo estaba a solo un cuarto del camino de la gran operación. Tomará al menos tres cirugías más para eliminar toda la gelatina similar a la vaselina de los brazos de Kirill, dijo el Dr. Melnikov.
El fisicoculturista, que encontró fama mundial por sus bíceps abultados falsos, fue persuadido de recibir tratamiento urgente por Alana Mamaeva, de 32 años, una de las principales activistas por las víctimas de la cirugía plástica fallida. Ella lanzó un video que muestra a Kirill después de su primera operación preguntándole frenéticamente al cirujano: «¿Cuántos músculos he perdido?»
El cirujano dijo: ‘El problema es que esta es la vaselina. Inyectó esto tan a fondo que se extendió en el músculo y lo mató. Estaba muerto de todos modos. Añadió: «Hemos realizado el 25% de las reparaciones».
Le han dicho a Kirill que tendrá movimiento de brazos, pero los músculos de sus brazos disminuirán. Alana, quien ayudó a recaudar fondos para su cirugía, dijo: «Vamos a tratar de ayudar a este joven». El ex recluta del ejército Kirill le dijo antes de la operación:
«Estoy lista, incluso no tengo miedo». El Dr. Melnikov le dijo a su paciente: ‘La vaselina satura los músculos, debajo de los tejidos de la piel y la piel misma. «Todo eso tiene que ser eliminado, pero necesitamos mantener la vena, los nervios y otras funciones de la extremidad».
Añadió: ‘La vaselina no está diseñada para inyección, solo para aplicación externa. Kirill inyectó unos tres litros en cada brazo.
«Saturó los tejidos musculares, bloqueó el flujo sanguíneo y, como resultado, el tejido muere y es reemplazado por una cicatriz que es tan dura como un árbol». Dijo que los implantes le estaban causando ‘fiebre alta, dolor fuerte y debilidad’.
Kirill tuvo «suerte» de que el daño hubiera permanecido solo en sus extremidades y no se hubiera extendido al resto de su cuerpo, dijo el cirujano. El Dr. Melnikov agregó: ‘La vaselina afecta a todo el cuerpo, a los riñones en particular.
